jueves, 12 de noviembre de 2009

El tel13 formas de población

Encerré 2 catas en una jaula construida por mí, luego de días de observarlas y ver como se desplazaban al interior de ese limitado espacio, pude concluir, en principio, lo estúpido de sus movimientos y la incapacidad de desarrollar cualquier actividad diferente de la búsqueda de una escapatoria.
Luego de unos meses comenzaron a reproducirse, pasaron por ser 3, luego 5, 8, 13, enseguida pensé en Fibonacci. Ya no me parecían tan estúpidas.
En mi primer informe, no fui capaz de detallar nada relevante y en mis caminatas diurnas solitarias por el parque, pensaba en cómo poder encontrar algo interesante en ellas, pero no daba con nada, dibujaba círculos y triángulos en el aire, a vista y paciencia de mi entorno. Decidí sacar un libros de la biblioteca, 3 personas me atendieron…, era previo a semana santa, el lunes al entregarlo había 5 y eso hizo clic en mi cabeza.
La semana siguiente eran 8 y luego 13, para pronto volver a ser a ser 2.
La cantidad de pasos desde el baño a mi pieza eran 21 y desde el baño hasta el semáforo de la calle eran 89.
Eran tiempos de gemelos y estos estaban de moda, fui un hospital a pedir hora con un dermatologo, pero me rechazaron, por estar fuera de tiempo, me recomendaron ir a un curandero de hierbas y basuras, pero no me tincó, me fui a mi casa.
Mis catas ya comían carne y cada día debía retirar por lo menos una, pues o moría de enfermedad o simplemente había sido atacada por la masa a la hora de comer.
Me enfermé del estomago por comer mantequilla en estado sonámbulo, vomité tres cuartas partes de mi estomago y estuve en cama, igual decidí ir a una clase importante que tenía, pero en el camino me desvanecí, la idea era ser atendido de urgencia, pero vomité en un baño publico y se me quitó algo, de ahí a clases, comí galletas de soda y un poco de agua, pero tenía hambre y no podía comer, me devolví a mi casa y dormí todo ese miércoles, ya era jueves, después viernes y fui a ver a mis catas y eran caníbales. Mamá las odiaba porque eran sucias y bulliciosas, no se preocupaba ni un poco por ellas, sólo yo las alimentaba y fueron 3 largos días en que ellas no fueron atendidas, no les quedó más que comerse entre si. Había plumas y sangre por toda esa jaula, ya me daba asco limpiarlas, así que las dejé así.
En la universidad odiaban las palomas y les daban veneno o ponían enrejados eléctricos para que murieran, me parecía contradictorio, yo en mi rebeldía, les tiraba miguitas de pan luego de almorzar, siempre eran 13.
En mi segundo informe, ya sólo pude enumerar mis últimas dos catas, ambas hembras y de un color blanquizco medio aplomado, la degeneración máxima, una vivía en cada extremo de la jaula, las bauticé como Pollus y Troy. Fue penoso, al día siguiente pollus mató a Troy y se lo comió, luego de unos días Pollus se suicidó dándose 21 golpes en la reja cuando intentaba escapar, estaba totalmente loca.
Me dio un poco de pena, pero igual ellas se habían vuelto demasiado salvajes y ahí vino mi gran idea, me robé dos palomas de la universidad, las metí a la fuerza en mi mochila, pero al llegar a casa, estaban muertas, se habían asfixiado. Tuve que repetir el acto, pero esta vez fui cuidadoso y utilicé una mochila con agujeros.
Las palomas apenas cabían en la jaula, pero igual tenían espacio, no sabía si eran machos o hembras, eso daba lo mismo y día a día fui llevando más hacia mi casa, luego ya era simplemente encajarlas unas con otras. No me pregunten como lo hicieron, pero se reprodujeron y ahora en esa pequeña jaula tenía 34 palomas adultas y 5 porquerías chicas. El sonido que producían era el típico, pero imaginen a todas esas palomas sólo haciendo eso, pues no podían desplazarse, vino lo obvio, comenzaron a morir, primero las pequeñas y lentamente las demás. No logré lo que quería, no se transformaron en caníbales como las catas. A ellas ni siquiera las bauticé, no representaron nada para mi investigación.
Mi experimentación con aves ya había terminado, fui a ver una granja educativa, pero nada me llamó la atención, pero un día pude ver cual sería mi nuevo experimento.
Comencé a sacar libros de ciencias básicas reproductorias transistorias, pedí la ayuda a dos alumnos míos de física extragalactica circunvirundica y estuvieron de acuerdo en apoyarme.
Comenzamos a sacar muchos libros de la biblioteca, cada viernes lo hacíamos para devolverlos los lunes.
Cuando fueron tres libros, al devolverlos sólo eran suficiente 2 personas, cuando devolvimos los 5, aumentaron en 1 y ya eran 3, cuando devolvimos los 8 la semana siguiente, había 5 bibliotecarios, comprenderán entonces la serie que fuimos construyendo, era Fibonacci, pero ellos iban un término más atrás que nosotros.
Ya íbamos en el 89, cuando un lunes al entregarlos, según nuestros cálculos, debían haber 55 bibliotecarios, pero no, sólo habían dos. Recordé lo de Pollus y Troy ¿se habían matados entre si entonces los funcionarios? No me constaba, porque en su lugar de trabajo no había ni sangre ni restos humanos, pero quizás ya estaba todo muy bien escondido.
Me asocié con los de liberación animal y les plantee mi tesis y creyeron todo sin dudar en ninguna de mis palabras, para ellos sociedades que apoyaba la experimentación con animales podrían ser capaces de todo. Yo en esa charla obvie mis datos de las catas y de las palomas, necesitaba respaldo, así que lo mejor era omitir.
Hicimos muchas pancartas y nos paramos fuera de un palacio de gobierno cuadrado y desforme medio verde exigiendo una explicación por todos estos desaparecidos, yo redacté unos papeles y los entregué a cada uno de los que deambulaban por ahí, hasta firmas de apoyo de algunos conseguí. Luego de media hora un guardia de terno nos fue a expulsar. Nos dijo feas palabras, lo más suave fue decirnos weones flojos sin vida y que mejor nos fuéramos a trabajar.
Hice mas afiches y los de la JJCC se unieron a mi causa, ellos veían una conspiración en todo esto y que el lugar donde se creaban los planes malévolos era un cuartel subterráneo oculto en bajo el palacio cuadrado y verde desforme.
Ellos me ayudaron a hacer más pancartas y me dieron un dato donde comprar más barato el papel y las pinturas, compré de muchos colores, algunos amigos de arte me ayudaron a dibujar catas, palomas y funcionarios muertos y estrangulados, cada mañana las colgaba en el frontis del palacio, los guardias desconsiderados simplemente las rompían. Los de la JJCC me decían que tuviera cuidado con mi celular, porque lo más probable es que ya había sido intervenido igual que los de todos ellos.
Entre cuenta y cuenta, ya iban 144 días de experimentos y manifestaciones, el estado se pronunció y le bajó el perfil a todo, mostraron fotos donde todos ellos estaban de vacaciones en Cancún con sus familias. Eso me hizo perder credibilidad, yo no contaba con un apoyo visual tan potente y poder contrarrestar.
Volví a mi casa, hace días que no lo hacia, pues me quedaba a dormir cerca de la laguna de los patos radioactivos.
Si mamá odiaba las catas, imagínense lo que producía en ella las palomas y yo olvidé votarlas luego de muertas. Después de todos estos días se habían densificado unas con otras y eran una masa inerte plagada de moscas y heces. Mamá decidió eliminar esa basura, pero al hacerlo inhalo algo, plumas, polvo, y se le atoró todo eso en la nariz, se murió, justo en el día 233, waaaaaaaaa, y si yo hubiese sumado las palomas, las catas y funcionarios muertos, me habría dado el mismo 233, es decir, podría haber predicho la muerte de mi madre, si era cosa de sumar lo que había visto en cada uno de los experimentos.
Ahora no tengo comida, creo que experimentare con los hámster homosexuales que tenía mamá y que la acompañaban cuando tejía, ellos comían incluso mejor que yo. Nadie notará que ella murió, los hámster no la extrañaran, además con la masa de palomas la puedo mimetizar.