Morir para nacer

Hace un par de días ocurrió algo que es difícil contar, mientras más rápido lo haga creo que será más entendible para todos los del otro mundo.
Se pronosticó la colisión de un meteorito gigante con la tierra para una fecha X, el asunto es que se hicieron diversos cálculos y se idearon planes para evitar el desastre, sin embargo, se comprobó que hacer explotar el meteorito antes de la colisión o cualquier otro plan no sería efectivo, porque fue descubierto de forma tardía, así que sólo quedaba resignación para la humanidad.
Se crearon campañas publicitarias, tales como:"Es el momento, HAZLO" incitando a las personas a realizar sus planes y sueños antes de perecer sin siquiera percibirlo. Por momentos primó el caos, hubo saqueos, violaciones, pero de a poco todo comenzó a perder sentido, la justicia, el bien, la razón y las responsabilidades fueron conceptos que invirtieron su significado o simplemente fueron olvidados.
Desde mi cuarto, aproveché de comprarme una calculadora, arrojé mi celular desde la ventana de un cerro, falté caprichosamente a mis responsabilidades y dormí mucho, hice otra cosa, pero prefiero no comentar, su resultado no fue el esperado.
El asunto es que llegó tal día, la gente se reunió con sus seres queridos para esperar la explosión y morir calcinados.
Llegó el momento predicho en que sucedería todo,... no pasó nada, sólo a lo lejos en el cielo se vio una pelota de fuego gigante atravesarlo por completo, el meteorito había desviado milagrosamente su destino, muchos se arrodillaron y consideraron este hecho como una demostración de la existencia de Dios, para otros sólo fue suerte o errores de calculo de los astrofísicos.
Todo no continuó tal como siempre, pues el meteorito afecto la rotación de la tierra, es decir, esta cambió su dirección habitual, las aguas volvían a las llaves, los vasos quebrados se reconstruían y los muertos salían vivos de sus tumbas y todos los vivos empezamos a rejuvenecer, fue así como día a día yo comencé a recuperar todo el pelo que se me había caído, el tiempo iba hacia atrás y ya sabía todo lo que iba a suceder, siempre tuve la esperanza de que vendrían tiempos mejores, pero ahora que todo iba hacia atrás, se perdía toda la impresión, ya no habría gente nueva en el mundo, para afrontar con optimismo esta nueva realidad, ideal habría sido perder la memoria de un golpe.


Salí de mi habitación, hace tiempo que no podía hacerlo, unas personas me acompañaron a la salida y me subí a un auto, este emprendió su ruta y más gente, ¡puta que me carga la gente! Y hablaban y hablaban y lo peor es que hablaban de mí. Me fui y siempre gente a mi alrededor, ya se fueron ellos y yo iba caminando, de pronto me puse cabizbajo y lloraba mucho, mucho, hablé con unos señores y me consolaban, decían que había sido esto un gran gesto, me sentí cómodo y tranquilo, albergado en este nuevo lugar, fueron como 4 horas aquí llorando, igual tenía pena, y la única forma de hacerla fluir era llorando. Me fui caminando y llegué a un parque, con río y árboles, palomas botando pan y gente caminando románticamente soltándose las manos. Un cuchillo vino desde el agua hacia mis manos, le apareció sangre seca y luego coagulada, este lo guardé en mi chaqueta, mi ropa se enrojece de un golpe.
Seguí por callejones hasta llegar a una casa celeste, tenía mil llaves así que pude abrir la puerta, caminé por los pasillo y me puse a sudar y jadear, ahhhh, uffff, ahhhhh, ajjjjjjjjj, y una mujer ensangrentada en el piso, me arrodillé y el cuchillo encaja perfectamente en su pecho, noooooooooooooo, pero no, yo no fui, ahora mi mano lo impulsa y este sube y baja y ohhhhhh, el sudor se mezcla con la sangre de mi ropa, todo está liquido, el suelo se tiñe y mi mano se alza y baja, y nooooooooooo, los agujeros de su cuerpo se sellan...¡ella vive! yo lo he hecho, el rojo desaparece.
Ya sin manchas y con ella de pie, me retiro, ella deja de gritar, lo hacía no sé por qué, en la cocina dejé el cuchillo dentro de un cajón, salgo por el patio súper despacio sin hacer ruido y me voy a otra casa, una verde y ya es tan noche, que me acuesto, se hace día anterior, me levanto, suena mi teléfono y yo salgo, me esperan en la puerta y es una mujer que dice que no quiere volver a verme.