miércoles, 4 de agosto de 2010

Soy tu revolver

Prologo

Más que una tranquila jornada, ese día había algo extraño, algo que rondaba en el entorno, algo que se percibía al respirar.
Estaba con mis amigos y todo estaba listo para llevar acabo nuestra gran celebración. Conversamos, reímos, cantamos y sobretodo bebimos demasiado alcohol.
Ya era cerca de las 5 de la mañana, cuando envalentonados por el alcohol, decidimos viajar hacia la parcela de uno de mis amigos.
Encendimos el motor del auto, nos subimos en él y partimos. Si ya habíamos bebido mucho, lo que bebimos en este viaje no era ni siquiera comparable, pues era casi el triple.
Ese día los excesos nos seguían, una fuerte señal que en ningún momento notamos, luego llegó la espesa niebla, al parecer esto no fue un problema para mi amigo que conducía, pues él seguía manejando a alta velocidad, sin notar ningún problema. Luego de dos horas llegamos a la casa, entramos al patio y nos bajamos del auto, yo seguí bebiendo como si en esa botella hubiese agua y quería más.
Al principio estuvimos solos en el patio, extrañamente parados en un lugar súper reducido, misteriosamente la niebla había desaparecido por completo, luego decidimos entrar a la casa, pues al parecer hacía algo de frió, a pesar de tener en nuestro poder la llave, nos costó enormemente abrir la puerta, finalmente lo logramos, al entrar en ella, el frió ya no existía, una cálida sensación azotó mi cara y creo que la de todos, al igual que afuera, nuevamente acá estuvimos los 5 ubicados en un lugar reducido y de hecho ni siquiera nos sentamos, algo extraño pues en este lugar todos nos sentíamos como en nuestra casa, por lo general hacíamos lo que queríamos. Ni siquiera ocupamos vasos para tomar, yo vomite en el suelo para poder seguir tomando, creo que alguno de mis amigos también lo hizo,…otro exceso.
Después de estar poco más de una hora, uno de mis amigos se encerró en una de las habitaciones con su novia y comenzaron a tener sexo, podíamos oír sus gemidos. Jamás había pasado algo así entre nosotros, quizá por que esta vez era distinta, tal vez esta no era la casa de siempre, me sentía distinto, talvez por eso no hice las cosas que comúnmente hacia, podía ver la cara de preocupación de uno de mis amigos, el no bebió y sólo quería irse de este lugar.
Todos menos yo querían irse, algo me ataba, jamás pude decir qué, me tomaron entre tres y me subieron al auto, yo sólo quería quedarme y seguir sintiendo esa extraña sensación, ellos no me lo permitieron, me resigne a que debía irme, entré al auto me senté y dormí, cuando desperté ya estaba en la puerta de mi casa, como si todo lo que había pasado hace un par de horas hubiese sido un sueño, un maldito y estupido sueño.
Luego de este día todo cambio, lentamente nos comenzamos a alejar, hasta que un día lo que existió entre nosotros era nada, empezó a nacer mi soledad, angustia y tristeza, luego escapé de esta vida y decidí empezar otra, sin nadie más que yo y en eso es en lo que estoy hoy.

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